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Mostrando entradas de enero, 2024

"Burro", la nueva producción de Ay Teatro, con un sublime Carlos Hipólito

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Una fabulosa travesía por la historia de la humanidad y de la literatura, guiados por la voz y la palabra de un asno capaz de discurrir y expresarse como unos seres humanos de quienes poco dista en sus condiciones de vida y comportamiento, es el armazón argumental de Burro ,   el nuevo montaje que la compañía  Ay Teatro  estrenó hace unos días en el  Teatro Reina Victoria  de Madrid. Desde su probado conocimiento y fascinación por la literatura clásica, Álvaro Tato ha construido un extenso monólogo en el que, apoyado en numerosos y selectos textos universales que han dado a la figura de este animal un papel protagonista ( El asno de oro , Don Quijote de la Mancha , El sueño de una noche de verano , Platero y yo , Disputa del asno, La Burromaquia  y tantos otros), vuelve a mostrar sus extraordinarias dotes como creador de historias de eminente sabor clásico, escritas con la propiedad y elegancia de aquellos lejanos textos, pero con un sentido de la concepción escénica fresco, actual y

La magia de El Brujo, en "Los dioses y Dios", un refrescante soplo de aire libre entre la realidad y el teatro

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Hablar de un espectáculo de actor tan peculiar, exclusivo y popular a un tiempo como El Brujo , es tarea complicada si se pretende huir del tópico, y sumamente fácil por la sencillez escénica que caracteriza sus montajes y la impecable corrección de quien focaliza todo su arte en el espectáculo actoral en sí mismo, apoyado en un envidiable manejo de la voz, y un aparato gestual a su servicio, que otorgan al verbo toda su potencialidad y valor.  Nada de cuanto dice en escena este maestro de la palabra es baladí . Tras la cercanía y relajado discurso de este bululú de nuestro tiempo, como le gusta definirse, plagado de anécdotas, guiños al público -a quien se dirige permanentemente como interlocutor directo- y comentarios chistosos, entrelazados con un profundo conocimiento de la literatura clásica y la tradición juglaresca, asoma una realidad profunda que queda desenmascarada desde la ironía y una permanente sorna despojada por completo de acritud. Estos calificativos son aplicables a

"Tío Vania", un Chéjov dickensiano con aires de melodramático vodevil, en el Teatro Fernán Gómez

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Ayer se estrenó en la sala Guirau del Teatro Fernán Gómez  una nueva versión de  Tío Vania , a través de los ojos de la compañía Guindalera, o lo que es lo mismo,  Juan Pastor , director de un sorprendente montaje del texto de Chéjov que lo ha despojado de su densidad dramática -en un experimento cuya necesidad y efectividad no llegamos a entender- para convertirlo en una insustancial comedieta decimonónica cuyas formas chocan en todo momento con la intencionalidad del texto chejoviano . Mediante un mecanismo de ensoñación narrativa que rompe con la cuarta pared para que los personajes -en un limbo irreal e intemporal- puedan dirigirse al público de la sala e ir explicándole cuanto sucede o va a suceder en escena, asistimos, desde el instante mismo en que se inicia la acción, a una especie de cuento dramatizado muy alejado de los parámetros escénicos que hicieron de Tío Vania  una de las obras cumbre del naturalismo ruso, tras su estreno en el Teatro de Arte de Moscú bajo la dirección

Las "Locuras por el veraneo", de Carlo Goldoni, en versión de Eduardo Vasco; garantía de comedia "bien fait"

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Resulta siempre refrescante, placentero y relajante incluso, asistir a un Goldoni en escena; uno de esos clásicos verdaderamente universales que resultaban cosmopolitas ya en la Europa dieciochesca y lo siguen siendo hoy, más de doscientos años después. Todavía, a pesar de las muchas capas que el tiempo y los cambios sociales -e interpersonales- han lanzado sobre las costumbres y las ideas, hay maneras y usos, gustos y tendencias no digo que imperecederas, pero sí reconocibles en una sociedad que, en muchos aspectos -precisamente aquellos que Eduardo Vasco , autor y director de esta versión, ha querido destacar-, no deja de ser un reflejo lejano de aquella. Las locuras por el veraneo ( Le smanie per la villeggiatura , 1761) es una comedia festiva que aborda sin acritud, pero con intención, la supeditación a la moda y a la apariencia social entre las clases pudientes -o con pretensión de serlo- de la Francia y la Italia del siglo XVIII, equiparables en sus maneras a las de la España de

Una gran actriz, merecidamente homenajeada, y una isla que es solo aire

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No podíamos faltar a la llamada de Nuria Espert . Su nombre es un reclamo para cualquier amante de la escena y un marchamo de calidad y excelencia. Calidad y excelencia que, si apreciamos en muchos momentos en la intención, el texto y, en general, en las actrices -con salvedades y diferencias- que intervienen en  La isla del aire , el resultado final de este montaje dirigido por Mario Gas , que desde hace un mes se representa en el  Teatro Español , no llega a alcanzar. El drama escrito por  Alejandro Palomas se inscribe en una tradición que aúna el realismo poético y el naturalismo psicológico, tratando de ofrecer un producto serio, reflexivo y profundo, destinado a provocar una reacción emotiva y analítica en el público. La obra de Palomas nos hizo recordar, por su ambientación, el tono de los diálogos y la relación entre los personajes, el teatro de Buero Vallejo, de Alejandro Casona o Jaime Salom; magníficos referentes dramáticos que alcanzaron la excelencia en el pasado siglo. Sin