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Mostrando entradas de noviembre, 2018

El juego trágico de "La puta de las mil noches"

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En enero de 2011, Juana Escabias , una de las dramaturgas más representativas de la generación teatral que se dio a conocer a finales del siglo pasado y que ha protagonizado el despegue de la dramaturgia española contemporánea en la dos últimas décadas, donde la voz femenina ha alcanzado una singular y destacada presencia, se alzó con el V Premio El Espectáculo Teatral de Ediciones Irreverentes por su obra Apología del amor . Este ñaque dramático protagonizado por dos únicos actores, práctica habitual en la escena contemporánea que permite dar al actor y al texto todo el protagonismo (y poder disfrutar, en este caso, de dos grandes de la interpretación como Natalia Dicenta y Ramón Langa ), es el que estos días se representa en la sala Margarita Xirgu del Teatro Español , en Madrid, con el título de La puta de las mil noches . Mucho más efectivo y comercial, pero también más "clarificador" sobre la situación planteada en este drama con estructura de thriller  es el

Sergio Blanco o Las mil caras del yo

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No podíamos dejar pasar, tras leer su obra y conocer al autor en la pasada presentación de sus dos últimos libros, Autoficción. Una ingeniería del yo  y Autoficciones ( Punto de Vista Editores , 2018),   la posibilidad de ver en escena El bramido de Düsseldorf  (2016),   nueva entrega de esas autoficciones dramáticas que el escritor franco-uruguayo Sergio Blanco ha convertido en un subgénero teatral con identidad propia (si es que la identidad es posible en el mundo creado por el autor, donde toda identidad juega a ser falsa), al que ha dado su forma y estilo, convirtiéndolo en seña de identidad de su dramaturgia. Tan solo unos días ha durado la visita a Madrid de quien ha sido considerado por José Luis García Barrientos "uno de los cuatro o cinco dramaturgos mayores de la lengua española en la actualidad"; y las tres únicas jornadas en que su texto ha podido contemplarse en el Teatro de la Abadía , en el marco del 36 Festival de Otoño , se han mostrado insuficientes par

Entre la realidad y el deseo en "Todas las noches de un día", de Alberto Conejero

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Una larga tradición dramatúrgica subyace (y se muestra) en la forma y el fondo de Todas las noches de un día , la obra de  Alberto Conejero que estos días puede disfrutarse en el  Teatro Bellas Artes  de Madrid. La voz de este escritor jienense, que coquetea con las palabras con el aplomo y la seguridad de quien hace tiempo fue bendecido por las musas del séquito de Apolo, constituye uno de los bastiones más sólidos y esperanzadores de un teatro español que, en el siglo XXI, ha vuelto a encontrar su lugar (y a su público) e iniciado un camino ascendente pleno de aciertos y satisfacciones. Sensibilidad, hondura en las pasiones humanas y dosificación de los afectos, conocimiento del ritmo escénico, dominio de la trama y habilidad en el uso de la intriga son algunos de los ingredientes empleados por Conejero en la confección de un texto de hondo sentido lírico y dramático en el que asistimos a una misteriosa historia de amores callados y prohibidos, deseos ocultos, traumas lejanos

Una mirada al mundo (y al yo) desde un tejado

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La sensación de acabar de ver en acción a una muy buena actriz y de escuchar, en su entrañable, cercana y sincera interpretación, un texto de excelente factura, tan bueno y directo como quien lo hace suyo con un inocente desparpajo capaz de adueñarse del espectador en apenas unos segundos, es lo que tuvimos anoche tras asistir a la representación de Mirona  en los Teatros Luchana de Madrid. Este delicioso e intenso monólogo de sesenta minutos interpretado por  Ángela Chica (a quien auguramos un camino lleno de éxitos), obra del dramaturgo  Paco Bernal y dirigido por  Juan Vinuesa  con un muy acertado planteamiento escénico que cede a la actriz y su texto todo el protagonismo, presenta a una singular joven que pasa el tiempo sobre el tejado del edificio donde vive (en realidad, solo vive en ese tejado), contemplando desde la distancia, con sus pequeños binóculos, un mundo del que no cree ni quiere formar parte, al que teme y rechaza.  Enclaustrada en una soledad en la que s

"Un bar bajo la arena", una obra desde el teatro para el teatro y su público

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Una inspirada amalgama de talento, profesionalidad, experiencia y amor al teatro, su tradición y sus gentes confluye en el bello y emotivo espectáculo que, desde el pasado 28 de septiembre, se está ofreciendo en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero. Un bar bajo la arena es la nueva creación dramática de José Ramón Fernández (Madrid, 1962), uno de los más destacados protagonistas de la dramaturgia española de este siglo. No vamos a descubrir aquí los méritos de quien acumula los más prestigiosos galardones teatrales de este país y ha escrito, en su ya larga trayectoria, cerca de medio centenar de textos propios (algunos en colaboración con otros autores), a los que se suma un buen número de dramaturgias sobre producciones ajenas, marcados por un estilo muy personal y un lenguaje, entre poético y realista, que adivinamos de nuevo en esta entrañable pieza que nos atrevemos a calificar de maestra. Pero si a la visión teatral y la maestría literaria de José Ramón Fernández