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Mostrando entradas de agosto, 2022

Intriga y tensión psicológica en "Palabras encadenadas", un texto de Jordi Galceran donde nada es lo que parece

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Palabras encadenadas , el primer gran éxito de  Jordi Galceran , estrenado en 1995, y que lo catapultó a los primeros puestos de la vida escénica española a finales del siglo pasado, junto con  Dakota , ha sido también la pieza más representada del dramaturgo barcelonés en las dos últimas décadas. En ella se perfilaba ya con nitidez ese peculiar estilo de un autor que quizá represente como pocos, en la dramaturgia española, un tipo de teatro cuyos argumentos, temas, personajes y diálogos, incluso la propia concepción del espacio y del "relato" escénico, así como el empleo del clímax y de la tensión dramática, lo emparentan directamente con el lenguaje fílmico; y, dentro de este, con el ámbito del thriller .  En este sentido, Galcerán es nuestro Mamet; si bien su dramaturgia se adentra aún más en lo truculento de la mente y tiende a jugar -mejor que nadie- con el comportamiento de unos individuos de conducta patológica cuyos resultados, motivaciones y acciones son imprevisibl

La alta comedia londinense se pinta de color y frescura contemporánea en "El abanico de Lady Windermere", un Wilde más Paso que nunca, o viceversa

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Ramón Paso vuelve a mostrar sus altas dotes para la comedia en esta divertida, fresca, original y desenfadada versión de una de las escasas piezas teatrales de Oscar Wilde ; autor por el que nuestro dramaturgo siente una especial atracción y con el que manifiesta no poca complicidad, como ya demostró hace tres años con el estreno en el Teatro Lara  de La importancia de llamarse Ernesto . En este mismo escenario se estrenó, el pasado 28 de julio, la obra que hoy nos ocupa, El abanico de Lady Windermere   (1892), texto que, exceptuando la traducción catalana estrenada en el Teatre Nacional de Catalunya en 2007, dirigida por Josep Maria Mestres, no había vuelto a ponerse en escena, que sepamos, desde la versión de Ana Diosdado de 1992, dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente. No es casual que dos de los mejores comediógrafos de la escena española, Eduardo Galán y Ramón Paso, quienes tampoco por casualidad han llegado a coincidir y colaborar en algún trabajo escénico, como ese  Blabla