El arte de hacer teatro desde la antiteatralidad: "La cantante calva", de Eugène Ionesco

Fotografía: Javier Naval Asistir a la representación de La cantante calva , de Eugène Ionesco (1909-1994), es como acercarse a un museo contemporáneo para contemplar una exposición de arte abstracto o vanguardista. Quien conoce la obra del escritor rumano-francés, a buen seguro, sabe lo que va encontrar o busca en escena, alentado por la curiosidad de ver cómo resuelven los actores y el director la difícil tarea de sostener una pieza como esta sobre el escenario; pero el público que acuda a su encuentro buscando una comedia de humor destinada a su esparcimiento y una risa fácil, que no encontrará el momento de aflorar, no tardará en quedar desconcertado ante lo que descubrirá en escena y, sin duda, desolado al no ser capaz de reconocer la calvicie de esa cantante que acapara el protagonismo del título. La cantante calva es, probablemente, la obra más famosa, junto con Esperando a Godot , de Beckett, del denominado Teatro del absurdo . Solo en la Francia ...