La duda, la venganza y la muerte se dan cita en el Teatro Fígaro de Madrid, con la vuelta de "Hamlet"

Cuando uno acude al teatro para contemplar el montaje de una obra maestra de la literatura dramática, lo hace con una extraña mezcla de confianza, temor y curiosidad; confianza en la calidad del texto que va a ver representado, y temor ante la dificultad que entraña la recreación de una historia y unos personajes que la mayor parte del público ya tiene prefijados en su mente y la posibilidad de que estos hayan sido manoseados de tal modo, en su "puesta al día", que la pieza haya quedado irreconocible; y curiosidad por ver cuál es el resultado de este combate entre el miedo y la esperanza. Debemos confesar, satisfechos, que en esta ocasión los temores no tardaron en ser derrotados, ante la belleza estética y la fuerza dramática de la versión de Hamlet que ayer inició sus representaciones en el Teatro Fígaro-Adolfo Marsillach de Madrid. No es este un estreno absoluto (aunque cada día lo es para el actor que sube al escenario frente a un público). El montaje ya ha reali...