"Sofá y dos cuerpos", una excelente reflexión cómico-dramática sobre el ciclo amoroso en la pareja, de la mano de Mariano Rochman


El dramaturgo argentino Mariano Rochman se encuentra estos días en la sala Lola Membrives del Teatro Lara presentando su nueva producción, una comedia-dramática en la que vuelve a mostrar su talento y maestría en el manejo de las relaciones y conflictos humanos de pareja, entre las que el amor y el desamor hacen de las suyas. Sorprende comprobar, muy gratamente, hasta qué punto tiene tomada la medida el autor a este tipo de comedias, que de la manera más natural, aparentemente sin artificio alguno, nos arrastran y hacen vibrar con las emociones y peripecias vividas por sus protagonistas. Escenas de habitación, de alcoba, de hotel, de almohada o de cóctel, sus argumentos nos trasladan siempre a una cotidianeidad casi costumbrista, pero de un genuino sabor a verdad transmitido desde la autenticidad psicológica de los personajes que pueblan sus textos.

Con una estructura dramática perfectamente planificada, que enmarca la acción en un comienzo y un fin coincidentes, Sofá y dos cuerpos presenta la historia amorosa de Diego y Bea, dos desconocidos cuyas vidas se cruzan en su trayecto diario al trabajo, para enlazarlos en una atracción que los hará vivir un romance de ensueño, como casi siempre sucede en los inicios de eso que llamamos amor.

Diego (Xoel Fernández) es un fotógrafo profesional, aficionado a la guitarra y de costumbres algo más desordenadas -no tanto, solo a su manera- que las de Bea (Elena Rey), abogada de profesión y quizá algo más metódica en su forma de vida. Dos almas aparentemente gemelas a pesar de sus diferencias, polos opuestos que se atraen, química inmediata que invita a entregarse por completo y para siempre... Siempre, una palabra tabú en los sentimientos amorosos, exigida e innecesaria, por la imposibilidad de mantener lo que no puede conocerse.

Diego y Bea se entregan a esa pasión que los arrastra y les hace sentir una nebulosa y mágica felicidad que apenas son capaces de comprender. Y así se suceden los días y las noches, imperturbables, unos tras otros. Y de repente, sin saber en qué momento, la cama empieza a hacerse algo más estrecha e incómoda, la intimidad gozosa se torna en soledad compartida y silencios vacíos, llenos de dudas y reproches... Y las luces que adornaban cada movimiento o palabra de la pareja se convierten en sombras a las que no llega a darse forma y sentido. Surge la incomunicación, el progresivo alejamiento, y un aburrimiento que hace añorar lo que se percibe ahora como una apacible libertad que se sabe perdida

¿Cuándo comenzaron las discusiones, los desencuentros y enfrentamientos? Y, junto con las faltas de respeto, el deseo finalmente de probar el acíbar excitante de un fugaz encuentro que devuelva la ilusión de sentirse vivo... la ruptura, la separación y ese amor que quedó en algún sitio y lo fue todo cuando era siempre. Y acaso, solo acaso, la posibilidad de reencontrarse quienes una vez creyeron serlo todo para el otro y quizá, solo quizá, estuvieran en lo cierto.

Elegantemente construida, tratada y contada, la historia presentada por Mariano Rochman, dirigida por él mismo con la misma precisión y delicadeza con que la ha escrito, sabe a verdad y se percibe como tal por cualquiera que haya conocido la materia de que se trata. Tan distintos, pero tan parecidos somos en nuestros afectos y emociones...

Una excelente reflexión, desde la vida misma, sobre la trayectoria del amor, desde su origen hasta su ocaso, que, con absoluta sobriedad de medios (lo que puede llegar a transmitir un sofá hábilmente utilizado por un buen director) y el magnífico trabajo de dos actores sobresalientes, Elena Rey y Xoel Fernández, cuya complicidad y excepcional interpretación consigue atrapar a un público que sigue con permanente interés cuanto sucede en escena, desde el inicio hasta la conclusión del espectáculo.  

Los calurosos aplausos de este el pasado domingo, puesto en pie, confirman nuestras palabras y la efectividad y el acierto de una comedia-dramática de gran calidad, de la que su autor y director puede sentirse más que satisfecho. No dejen pasar la oportunidad de ver este Sofá y dos cuerpos de Mariano Rochman, que se representa todos los domingos en la sala Lola Membrives del Teatro Lara, hasta el 29 de enero de 2023. Una muy buena elección para los aficionados al teatro.

José Luis González Subías


Fotografías: Juanjo Molina

Comentarios

Entradas populares de este blog

"La ilusión conyugal", un comedia de enredo donde la verdad y la mentira se miran a los ojos

Una "paradoja del comediante" tan necesaria y actual como hace doscientos años

"Romeo y Julieta despiertan..." para seguir durmiendo