Carmen Sevilla y el tenor Luis Mariano cobran vida en "El novio de España", una deliciosa comedia musical escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio


Ayer tuvimos la fortuna de presenciar uno de esos espectáculos teatrales redondos, escritos con el corazón, la inteligencia y el talento de quien quiere decir algo, y sabe hacerlo, sin perder nunca de vista el fin y el medio en que la obra artística sobre un escenario se produce: la comunicación con el público. Juan Carlos Rubio es un especialista en estas lides, como su larga trayectoria profesional y los muchos éxitos que lo avalan certifican. A los que viene a sumarse la deliciosa comedia musical El novio de España, estrenada en Madrid el pasado 3 de julio, en el emblemático Teatro La Latina, tras un exitoso periplo previo que permitió a su autor alzarse, en la pasada edición de los Premios Talía, con el preciado galardón a la Mejor Autoría de Teatro de Texto.

Ambientada en 1952 durante el rodaje de la película Violetas imperiales, protagonizada por Carmen Sevilla (Carmen Raigón) y Luis Mariano (Christian Escuredo), el dramaturgo montillano urde una ficción en torno al deseo del tenor vasco, exiliado en Francia junto con sus padres al inicio de la Guerra Civil, de conseguir un pasaporte para estos que les permita volver a España. La historia de amor entre Luis Mariano y Felip (Dídac Flores), un amor callado y prohibido en la España de aquel tiempo, se manifestará de forma paralela a la pretensión de aquel, quien llegará incluso a pedirle matrimonio a Carmen para conseguir su propósito. La trama incorporará a un cuarto personaje, Rosalía, marquesa de Cangas (Carmen Morales), que bebe los vientos por la joven y hermosa Carmen Sevilla, y hará -o no- cualquier cosa por complacerla. Ahorramos los detalles al lector de una trama que debe vivir y disfrutar por sí mismo, y el modo en que se resolverá el conflicto, que no puede ser más que de manera feliz, como es propio del género en que nos encontramos. 

Y es que El novio de España es un acertado ejemplo de comedia musical española, género del que Juan Carlos Rubio es hoy, como autor y director, un destacado representante. Son muchas las ocasiones en que, desde La última bambalina, nos hemos hecho eco de sus trabajos; y aún resuena en estas páginas el latido de aquella tierra extraña que Rubio supo invocar en la magnífica pieza en la que resucitó a Concha Piquer, García Lorca y Rafael de León, primera de una oportuna trilogía continuada con este novio de España que nada tiene que envidiar a la anterior.

Apoyado en un equipo artístico excepcional, bajo la dirección musical de Julio Awad -deliciosas y emotivas las canciones que recorren el espectáculo, todas pertenecientes a un acervo cultural que debe mantenerse vivo-, con una excelente escenografía de corte realista a cargo de Leticia Gañán y Curt Allen Wilmer, el vestuario diseñado por Guadalupe Valero Sanz, la iluminación de José Manuel Guerra o la caracterización de Chema Noci, Rubio ha diseñado un montaje impecable, de una bella factura estética, musical y dramática, en el que todos los elementos significativos del espectáculo escénico tienen su justo protagonismo. Y todos ellos son recogidos y confluyen en el trabajo de los cuatro maravillosos intérpretes que dan vida a la historia: Christian Escuredo, Carmen Raigón, Dídac Flores y Carmen Morales, quienes ofrecen una lección de profesionalidad y saber estar en escena, transmitiendo todo cuanto sus personajes requieren y derrochando talento interpretativo en su poliédrica faceta de actores, cantantes y bailarines.

Una obra redonda, de esas que te dejan muy buen sabor de alma, es en definitiva esta nueva comedia de Juan Carlos Rubio. El novio de España, uno de los acontecimientos teatrales de la temporada, permanecerá en el Teatro La Latina al menos hasta el 28 de julio. No se la pierdan; seguro que disfrutarán.

José Luis González Subías


Fotografías y diseñador gráfico: Javier Naval

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