Aún no sé muy bien qué es lo que vi ayer ni cómo abordar la crítica de un espectáculo teatral que me cautivó durante la mayor parte de sus dos horas de duración. Tengo el convencimiento de que Las apariciones, obra escrita por Fernando Delgado-Hierro y dirigida para la escena por Juan Ceacero, es fruto en muchos aspectos -casi me atrevería a decir que en todos- de la genialidad. Confieso no ver con frecuencia sobre el escenario montajes o propuestas teatrales que me dejen literalmente con la boca abierta; y prometo que Fernando Delgado-Hierro y Pablo Chaves, los protagonistas y únicos intérpretes de la obra que hoy comentamos, me hicieron perder "er sentío" en varias ocasiones a lo largo de la representación.
¡Qué cantidad de recursos bufos y chuscos, salidas ingeniosas, disparatados gags y chistes se acumulan en una sucesión de escenas que tienen valor por sí mismas!, pero que forman parte de un engranaje conjunto de mucho mayor alcance, y presentan, a pesar de su heterogeneidad, una cohesión que otorga coherencia y significado a la obra. Si por momentos creíamos estar viendo un espectáculo de variedades y charlotadas, chirigotas gaditanas y escenas de humor propias de Faemino y Cansado, Martes y Trece o Los Morancos, la representación tomaba entonces tintes dramáticos, para presentarnos cara a cara el reverso de la vida, o su inevitable fin:
el paso del tiempo y la muerte. El sentido trágico de la existencia, enmarcada en una permanente preparación del funeral que nos aguarda, se pone de manifiesto en
una recreación autoficcional en la que Fernando y Pablo, como ya hicieran en
Los Remedios (2019), son de nuevo los protagonistas de este
viaje retrospectivo y prospectivo, destinado a reflexionar sobre el hecho de la muerte; visible y cercana en los seres más queridos, futura y cierta realidad imaginable en la propia.
En sus seis años de andadura,
La_Compañía exlímite ha creado un estilo propio, marcado por el desenfado y la originalidad a la hora de afrontar los retos que se propone, desde
una hondura cercana y rijosa capaz de mirar de frente a la realidad, esbozando una sonrisa o con una lágrima si es necesario, sosteniendo su intención con
un espectacular trabajo actoral. Porque en este se encuentra uno de los principales atractivos de este
surrealista montaje, grotesco y tragicómico, que logra tanto arrancar la desinhibida carcajada como enmudecer al público y mantenerlo suspenso tratando de comprender qué está sucediendo en realidad ante sus ojos.
Pablo Chaves, que se nos ha revelado como un excelente actor, e histrión de infinitos recursos dramáticos, es el encargado -como no podía ser de otro modo, dada su condición de excelente escenógrafo- de poner en pie la escenografía del montaje (gran acierto los espejos laterales de la escena y esas cortinas movibles y azuladas del fondo, entre las cuales se halla un espacio central que da profundidad al espacio), cuyo elemento principal es un ataúd de múltiples usos y fácil traslado por el escenario, que servirá de apoyo funcional y ambiental en la mayoría de las escenas. Completan la ambientación del montaje el original y significativo vestuario diseñado por
Paola de Diego, la iluminación de
Rodrigo Ortega y el espacio sonoro a cargo de
Daniel Jumillas. Por su parte,
Fernando Delgado-Hierro, además de autor de un texto de calidad que pide a gritos ser leído, despliega en escena una brillante capacidad como actor, con memorables momentos, cómicos y dramáticos; algunos de ellos -especialmente estos últimos- dignos de premio.
Es, en fin, Las apariciones, una obra singular y llena de aciertos, que no dejará de sorprender a quien se acerque a la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero, donde, tras un mes consecutivo en escena, podrá verse hasta el próximo domingo, 15 de junio. Si quieren asistir a algo distinto, original, con momentos sublimes, y disfrutar de un buen espectáculo que les hará reír y les desconcertará quizá en alguna ocasión, no dejen de ver esta propuesta de La_Compañía exlímite. Merece la pena.
José Luis González Subías
Fotografías: Bárbara Sánchez Palomero
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