Una propuesta escénica de enorme belleza y calidad artística, apoyada en la palabra del escritor mexicano
Octavio Paz, la dramaturgia creada a partir de esta por
Jorge Volpi y el trabajo de un equipo artístico excepcional, encabezado por
Rosario Ruiz Rodgers, como directora y artífice del montaje, es el resultado final de
Los amores feroces, espectáculo que desde el 18 de septiembre se muestra en la
sala José Luis Alonso del
Teatro de La Abadía.
La ferocidad del sentimiento amoroso y las pasiones ligadas a este, desde el deseo sexual más básico hasta el odio destructor que generan los celos, están tratadas en este intenso, inteligente y profundo recorrido por la biografía amorosa del Nobel de Literatura, plagado de reflexiones en torno a las vivencias experimentadas por este, sublimadas poéticamente en su obra. Porque
la poesía y el amor se funden en esta bella síntesis artística donde la palabra y los cuerpos se comunican y expresan con una sola voz.
Maravilloso trabajo el realizado por los cuatro intérpretes que conforman el reparto: las actrices
Lucía Quintana e
Isabel Pamo, junto con los actores
Leonardo Ortizgris y
Germán Torres; parejas intercambiables que nos ofrecen un verdadero recital de técnica y dominio de la escena. Impresionante
Lucía Quintana en sus multiformes personajes, llenos de un erotismo y sensualidad desbordantes, que se extienden al resto del elenco, en una permanente danza sinuosa de los cuerpos, sutil y elegantemente trazada por Ruiz Rodgers.
Todo cuanto se ofrece en escena es belleza y poesía, emanada tanto del movimiento como de la palabra -siempre certera, insinuante, evocadora-, y plasmada asimismo en el sugerente espacio, pleno de significado y simbolismo, creado por
Ikerne Giménez, responsable asimismo del vestuario; apoyado en la iluminación de
Alberto Rodríguez Vega, así como en la música y el espacio sonoro diseñados por
Juan Mayorga.
La dramaturgia de Volpi, que toma como hilo conductor el ensayo
La llama doble (1993), de
Octavio Paz, y utiliza poemas y cartas del autor, así como entrevistas a este, mantiene una sólida consistencia y unidad que consiguen trazar una "historia" coherente y un recorrido vital al que asistimos con interés; planteando asimismo
un amplio abanico de reflexiones intemporales en torno al amor, el cortejo y la dinámica del deseo.
Una propuesta teatral más que interesante, en definitiva. En conjunto, un trabajo profundo, de enorme belleza artística, es lo que se ofrece en estos Amores feroces nacidos de Octavio Paz, a los que han dado forma Jorge Volpi y Rosario Ruiz Rodgers, que podrán seguir disfrutándose, en la sala José Luis Alonso del Teatro de La Abadía, hasta el 12 de octubre. No se lo pierdan; merece la pena.
José Luis González Subías
Fotografías: Lucía Romero (1-2) y Geraldine Leloutre (3-5)
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