Guindalera se despide con un "Yerma 2019" lleno de fuerza, lirismo y sensibilidad estética


Espacio Guindalera, un lugar destinado a la "degustación artística" creado en Madrid hace dieciséis años, recurre a Lorca -qué mejor colofón- para concluir una larga aventura teatral que lo ha convertido en referente de culto dentro del circuito escénico alternativo; no sin anunciar su continuidad en 2020, transformado en un nuevo proyecto.

Yerma 2019 es el título con que se presenta esta versión del clásico lorquiano, dirigida por Juan Pastor, que respetando la integridad del texto original, pleno de lirismo e íntima intensidad dramática, se adentra en terrenos estéticos que arrojan permanentes guiños a la tragedia clásica; desde los atemporales atuendos de los personajes, capaces de sugerirnos ese distanciamiento que nos acerca a una Antigüedad universal y siempre presente, a las máscaras empleadas en la escena ritual entre el Macho y la Hembra del acto tercero o la labor coral -presente también en Lorca- de los personajes que enmarcan la tragedia de la mujer sin hijos. Pero el tono popular de la vega granadina y de la España rural del pasado siglo puede encontrarse también en las persianas y en las características cortinas de las puertas que dan acceso al escenario desde su fondo, y en el elemental atrezo utilizado en escena, reducido a poco más que unas simples sillas de madera.

Juan Pastor nos ofrece una puesta en escena llena de intensidad plástica, en la que, sin perder en ningún momento la verdad naturalista de los afectos, los movimientos de los actores y su voz cobran un especial protagonismo. Las canciones y parlamentos en verso incluidos por Lorca en su obra, puestos en música por Pedro Ojesto, constituyen uno de los grandes atractivos de un montaje cuyo ritmo no decae en ningún momento y mantiene una permanente intensidad dramática que se transmite a un público incapaz de sustraerse a cuanto sucede en escena. Haciendo uso de distintas corrientes escénicas alejadas del naturalismo, que sirven para ofrecer un espectáculo eminentemente teatral en el más amplio, poliédrico y completo sentido de la palabra -incluyendo en este el componente artificioso, experimental y ritual del arte escénico-, el director otorga a los actores la posibilidad de mostrar todos sus recursos interpretativos y jugar -diestramente orquestados- sobre un escenario en el que actúan como una sola voz con diferentes registros. Pero también sabe focalizar la acción sobre la íntima y desgarradora tragedia del personaje femenino sobre el que recae toda la atención, y sobre los personajes que conforman su universo: Juan, Víctor, María..., cuya relación con Yerma se manifiesta en unas escenas cargadas de emoción contenida y de veladas insinuaciones plenas de verdad naturalista.

Excelente combinación de elementos que dan como resultado un espectáculo redondo, en el que los actores Marina AndinaJosé Carrasco, Raúl Fernández, Alicia González, Raquel Pardos y María Pastor realizan un trabajo impecable. Mención especial merece esta última, que interpreta una Yerma cuya fuerza arrebatadora se percibe desde el primer instante: sutil cuando es preciso, intensa en todo momento, e impresionante cuando la desgarradora fuerza de su voz henchida de rabia rasga el escenario.

Varios han sido los montajes que hemos visto en los últimos años en Madrid sobre textos de Federico García Lorca, o inspirados en este, pero pocos nos han transmitido la honda realidad del mensaje lorquiano con tanta claridad, fuerza y belleza como esta Yerma 2019, producción con que se despide la compañía Guindalera, fruto de un proceso de investigación que ha aglutinado a un importante elenco de actores y creadores, dirigidos por Juan Pastor, y ha contado con la colaboración de destacados especialistas como Pedro Ojesto, Miguel Tubía, Arnold Tarraborelli y Carmen Vélez, entre otros. 

Yerma, el poema teatral que inmortalizó la tragedia de la mujer vacía y sin hijos en una sociedad que condenaba a esta a realizarse a través del parto y la crianza, pero también de la mujer insatisfecha en un mundo regido por el hombre, podrá verse en Espacio Guindalera, hasta el próximo 22 de diciembre.

José Luis González Subías

Fotos: Susana Martín
             

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