Ozkar Galán disecciona a Judy Garland y sus amigos, en El Umbral de Primavera
Ozkar Galán (Gernika, 1978) presentó ayer, en la sala madrileña El Umbral de Primavera, su última propuesta teatral, Judy, autopsia del arco iris; un texto denso, complejo y provocador, a la altura de este creador iconoclasta, difícil y siempre original, capaz de definirse a sí mismo como una "prostituta teatral" y verter al tiempo sobre la escena brotes de literatura libertaria, jamás vendida a ningún postor, escritos desde un absoluto dominio del medio y con bien acerada pluma.
Porque Ozkar Galán es, no nos cabe la menor duda, escritor; un analista de la vida, un indagador del inconsciente, un forjador de historias verbales y sentidas, que vuelca sobre el escenario sus impulsos más viscerales, pasados siempre por el filtro del intelecto y de una pulcra formación cultural que asoma en cada uno de sus textos. Títulos como Artaud, rien de rien (2006), Unamuno ad altior natus sum (2007), Wilde, being earnest (2011) o Claudio, rey de Dinamarca (2011), entre una treintena más de piezas a las que debemos añadir esta Judy, autopsia del arco iris que ahora presentamos.


Teatro inteligente, sin concesión a la frivolidad y al mero entretenimiento, este montaje de Judy, autopsia del arco iris, de Ozkar Galán, dirigido por Manu Berástequi con exquisito buen gusto, sentido del ritmo y del espacio escénicos -reducido este último, sobre una ambientación dominada por el oscuro, al elemental escenario de un crimen-, permanecerá todos los jueves de este mes de septiembre en El Umbral de Primavera, a la espera de quienes deseen aventurarse al otro lado del arcoíris.
José Luis González Subías
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Fotografías: Arlequeen |
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