"Qual es el rey tal es el reyno"; o lo que es lo mismo, "La política", de Patricia Benedicto

 

Sí, es cierto. Hoy hace 185 años que Larra se quitó la vida... ¿Que a qué viene esto? Tenía que decirlo. Al fin y al cabo, él también fue dramaturgo; además de poeta, novelista y, cómo no, articulista en la prensa. De hecho, algunos de sus agudos y punzantes artículos tienen mucho que ver con el contenido y la intención de La política, la pieza escrita y dirigida por Patricia Benedicto que, desde el pasado 5 de febrero se representa en la sala Nave 73 de Madrid.

Según advierte la autora, su texto está inspirado en dos tempranos tratados del escritor barroco Baltasar Gracián, titulados respectivamente El héroe (1637) y El político (1640), cuyas ideas ha actualizado e incorporado a un monólogo intemporal que, vestido de época, sin renunciar a un minimalismo escénico consustancial -y necesario- a un montaje donde el discurso de Benedicto, en boca de la actriz Elena Corral, lo es todo, constituye un alegato en clave paródica, en ocasiones rozando el esperpento, en contra tanto de la clase política como de la política misma y, sobre todo, de un pueblo forjado a la medida de unos gobernantes de cuya existencia es asimismo responsable, de quienes, en realidad, no distaría mucho moralmente en caso de ocupar su posición.

La pieza desnuda el verdadero rostro -y las vergüenzas- de los gobernantes y el poder, y arremete, lanzando la palabra directamente al público discreto que asiste al espectáculo, contra un pueblo informe simbolizado por un obvio cordero que preside toda la función.

Buen trabajo el de Elena Corral, como protagonista absoluta de la escena, a quien acompaña Laura Lorenzo en el papel de sierva callada, que, sin emitir una voz, expresa a la perfección su condición de pueblo dominado y sumiso... siempre al borde de la explosión.

Si bien el texto termina adentrándose en referentes cercanos, recurriendo a tópicos de época muy reconocibles por el espectador de nuestro país, las acusaciones generales que aborda en un principio, y buena parte del tono de la obra, se corresponden con el sentido de un tiempo y el pensamiento de Gracián, marcados por el pesimismo y el desengaño barrocos. Desengaño hecho a la media de un nuevo desengaño contemporáneo más nihilista aún, si cabe, que su predecesor de hace cuatro siglos.

Este nuevo trabajo de La trapecista autómata, compañía creada hace ya algunos años por la propia Patricia Benedicto junto con Elena Corral y Laura Lorenzo, mantiene la línea del teatro de compromiso, agitación y denuncia anunciado ya en piezas anteriores; y que en esta llega a hacerse, incluso, más explícito. Podrá verse todos los sábados y domingos de este mes de febrero en la sala Nave 73.


José Luis González Subías


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