"Cuando sea mayor", una reflexión sobre el paso del tiempo a través del espejo de la amistad


Cuando sea mayor, la nueva propuesta teatral de Juan Jiménez Estepa, autor y director del texto y el montaje que a lo largo del mes de noviembre puede verse todos los fines de semana en Nave 73, vuelve a mostrar la calidad dramática y literaria que singulariza, desde hace ya algunos años, los textos que este ecijano afincado en Madrid ha escrito para la escena. Interpretada por su fieles compañeros de andanzas escénicas, Elisa Berriozabal y Carlos Algaba, a quienes se suman en esta ocasión los actores Patrick Martino y Eva García-Vacas, que dan la talla con nota junto a estos, la nueva obra de Jiménez Estepa ahonda en el tono intimista e introspectivo, marcadamente literario, y en ocasiones poético, que ha caracterizado sus últimas obras, desde Los hombres tristes (2018) a Los años elásticos (2020), pasando por La medida exacta del universo (2020); textos todos ellos analizados en su momento desde La última bambalina, en los que podemos encontrar buena parte de los rasgos de estilo y recursos escénicos del dramaturgo.

El costumbrismo onírico del autor conecta, desde la más estricta tradición del teatro de la palabra, con las tendencias más actuales de nuestra escena, pudiendo recordarnos por momentos tanto a Alberto Conejero como a Pablo Remón, o incluso al argentino Pablo Messiez, entre otros referentes de primera línea. Pertenece Estepa a una sólida y fructífera generación de dramaturgos de habla española entre los que su nombre merece figurar con toda justicia; como viene a demostrar, una vez más, este Cuando sea mayor, uno de los textos más bellos, delicados, profundos y sensibles con que nos hemos topado sobre los escenarios últimamente.

Contribuyen a dotar de esa delicada sensibilidad al montaje, tan sencilla y cercana como la verdad misma, no solo la excelente dirección con que Estepa sabe guiar y expresar las acciones sobre el escenario, sino el impecable trabajo actoral de Carlos Algaba, Elisa Berriozabal, Patrick Martino y Eva García-Vacas. La interpretación más explosiva y enérgica de esta última -acorde con el personaje creado por el autor- aporta a la pieza una frescura, un dinamismo y un color -también una comicidad que no habíamos vuelto a ver desde Los hombres tristes- que contrastan positivamente con el intimismo más grisáceo del impresionismo estético nacido del recuerdo, la nostalgia, los anhelos y la melancolía; los cuales Algaba y Berriozabal saben interpretar con esa complicidad y naturalidad nacida del trabajo conjunto durante años, a las que Patrick Martino ha sabido sumarse con absoluto acierto. Mención merece asimismo Teresa Mencía, cuya voz en off acompaña la andadura física de los personajes. 

Unos mínimos recursos escenográficos -una gran mesa de madera y unas sillas-, hábilmente empleados por el director, junto con una adecuada iluminación, son suficientes para crear el ambiente de la casa rural, antigua, donde se reúnen tres amigos -más un cuarto ausente, pero muy presente-, y el resto de espacios imaginados donde suceden las historias vividas y recordadas sobre el escenario.

Son los amigos, esos compañeros -más o menos fieles- de viaje con los que coincidimos y compartimos buena parte de nuestro paso por la vida, sirviéndonos de espejo en el que contemplamos nuestras alegrías y asistimos a nuestra propia decrepitud, uno de los dos grandes temas de un texto que reflexiona asimismo sobre el implacable paso del tiempo y lo que nos aguarda cuando perdemos la ingenuidad vital, los sueños e ilusiones de la juventud; cuando nos enfrentamos a una inevitable vejez -cada vez más próxima- en la que la soledad nos aguarda con su fría máscara especular. 

Teatro íntimo, de alcance universal y sencillamente humano, que habla al nosotros desde un yo que somos todos, es lo que Juan Jiménez Estepa ofrece en este Cuando sea mayor que podrá seguir disfrutándose durante el mes de noviembre, todos los fines de semana, en Nave 73. Una obra que no deja indiferente; especialmente a quien atesore ya suficientes lustros de recuerdos para confesar que ha vivido... y esperado. 

José Luis González Subías


Fotografías: Daniel Oliva

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