"La profesora", de Eduardo Galán, una comedia antiheroica profundamente humana


Cercana, realista, sincera y muy humana relación es la que se establece en la nueva producción de Eduardo Galán, La profesora, entre una docente en edad de jubilarse y el padre de una de sus alumnas, quienes, desde una tensa reunión inicial de tutoría que delata la enorme distancia sociocultural que los separa, establecerán un estrecho vínculo, más allá de lo estrictamente profesional, que terminará enlazando -y dando sentido a- sus vidas.

Tras unos meses de andadura en distintos teatros nacionales, La profesora (cuya versión impresa responde al título de Lecciones de vida, con el que fue estrenada en el Teatro Thalía de Nueva York, en 2022) fue presentada en Madrid el pasado 6 de septiembre, en el Teatro Bellas Artes. Su autor, Eduardo Galán, vuelve con este texto, surgido de una pieza anterior -Historia de 2- en la que los papeles de la trama estaban invertidos (Ortiz era en aquella el profesor), a mostrarnos su mejor y más auténtica versión, la que lo convirtió hace ya tiempo en uno de los autores más representativos de la comedia española contemporánea de corte realista y herencia tradicional. Porque la comedia de Galán nos traslada a una forma de hacer teatro basada en la construcción de personajes e historias que se entrecruzan para ofrecernos conflictos sencillos, cotidianos, reconocibles... sin mayor pretensión que mostrarnos un trozo de esa vida de la que todos estamos hechos, desde una posición antiheroica profundamente humana; tratando de comprender la dramática ironía de la existencia desde la seriedad del humor.

Toda la acción se concentra en dos únicos personajes: Ortiz, un pescadero cincuentón y separado, padre de Daniela, personaje ausente en escena sobre el que se pretende reflejar muchos de los conflictos y problemas de reconocimiento y adaptación personal y social de los jóvenes adolescentes de hoy; y América Alcalá, una profesora de Lengua y Literatura con edad ya para jubilarse, que sostiene su triste y vacía existencia apoyada en la hueca seguridad que le ofrece su formación y la compañía de unos sorbos hurtados a una solitaria botella. Dos vidas rotas, doloridas, aparentemente muy distantes y distintas, pero que se reconocen y complementan.

Marcial Álvarez e Isabel Ordaz
 dan vida a estos sobre el escenario, ofreciéndonos una sobresaliente interpretación que juega entre la verdad y el efecto escénico; correspondiendo al primero el empleo de un registro naturalista impecable; mientras que Isabel Ordaz, mostrando todas las galas de su peculiar personalidad escénica, recrea una profesora Alcalá única, irrepetible, que aporta, desde la comicidad de un histrionismo entre trágico y bufo, una profunda carga de doliente verdad disfrazada de esperpéntica mueca.

La dirección del montaje ha corrido a cargo de Carla Nyman, quien, desde su juventud, ha sabido presentar con acierto el calado de un texto sobre el que pesa la madurez de los años y, sin alterar el realismo de la pieza, ofrecer un espacio -diseñado por Mónica Teijeiro, responsable asimismo del atrezo y el vestuario- donde tiene más valor la sugerencia visual simbólica que el peso del decorado.

Un teatro de palabra, que aborda conflictos de actualidad sin tratar de imponer respuestas; solo eso, insinuaciones dejadas caer al desgaire, guiños suaves, reflexiones sin intención de zaherir... humanidad y comprensión... Y el espectáculo de ver trabajar en escena a dos grandes actores. Eso es La profesora, la nueva comedia de Eduardo Galán, que podrá seguir disfrutándose en el Teatro Bellas Artes hasta el 15 de octubre.

José Luis González Subías


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