La compañía Kurasana nos ofrece un regreso a la "Antártida" lleno de interés y misterio


Ayer tuve ocasión de presenciar, en El Umbral de PrimaveraAntártida, un muy interesante texto con aire de thriller cinematográfico y un eficaz ritmo escénico basado en la intriga y la palabra, escrito por Álvaro Revuelta (Zaragoza, 1993), director asimismo de un montaje de factura impecable, donde la sugerencia visual, el sonido ambiente, la iluminación y la palabra, siempre la palabra, suplen con nota cualquier carencia de medios escenográficos; innecesarios, por otra parte -y suficientes los elegidos-, en el moderno tratamiento de la historia dramatizada que nos ocupa. 

Con cierto aire narrativo -sin que haya en ningún momento narrador alguno, salvo en algunos apartes de los personajes donde pretendidamente se busca romper la cuarta pared- y la inclusión de elementos metaficcionales -excelente la escena donde se revive el momento de donde parte el misterio que se halla tras esta singular expedición al pasado-, la obra creada por Revuelta, nacida bajo la tutela y el auspicio de un Juan Mayorga cuya influencia late en el texto, es el tercero de los trabajos presentados por la joven compañía Kurasana -nacida en 2021-, todos ellos firmados por este joven y prometedor actor, autor y director.

La acción se sitúa en las primeras décadas del siglo pasado, cuando una pequeña expedición formada por tres hombres se ha internado en la Antártida con la intención de encontrar la nave en la que viajaron dieciséis años antes y honrar a la gata de uno de ellos, Harry, fallecida en aquel lugar. Hubiéramos preferido un motivo algo más poderoso para tal aventura, pero la nimiedad del motor que impulsa la historia se corresponde con el halo de misterio e irrealidad que desprende la vigilante presencia de unos pingüinos, que observan a esos intrusos que ocupan su espacio, y la aparición de un singular personaje, Isminne, una especie de dama de los hielos que anida en la conciencia y el interior de los tres hombres.

A medida que la acción se desarrolla, la intriga por lo que está sucediendo se mezcla con el mayor interés aún por conocer lo que sucedió, lo que consigue crear una permanente expectación por parte del público hacia una historia cuyo ritmo se mantiene en permanente tensión. La solidez de la historia creada por Álvaro Revuelta y la presión generada en torno a un pequeño grupo de hombres cuyo aislamiento permite que afloren sus más ocultos temores y secretos, llegó incluso a recordarnos, en algún momento -con sus muchas diferencias-, a textos como Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre; comparación que deja en muy buen lugar al autor de Antártida.

Añádase a todo lo dicho el elogio hacia el buen trabajo actoral realizado por Irene Revuelta, Paula Guisasola -responsables asimismo del vestuario y la escenografía, respectivamente-, Gabriela Burgos y el propio Álvaro Revuelta, para completar nuestra favorable impresión de un trabajo teatral que juzgamos de notable interés, y estamos seguros de que satisfará las expectativas de quienes se acerquen a ver esta Antártida, estrenada el pasado 18 de noviembre en la alternativa e íntima sala madrileña El Umbral de Primavera, donde permanecerá todos los sábados hasta el 23 de diciembre. Una propuesta teatral digna de ver.

José Luis González Subías


Fotografías: José Luis González Subías

Comentarios

  1. Caramba con la doctora! Es un orgullo de niña. Felicidades preciosa, estoy muy orgullosa de ti, por tu mamá. Eres muy grande.

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