"Robots", una obra entre la realidad y el experimentalismo, escrita por Fernando Ramírez Baeza y dirigida por Gabriel Olivares


Acaba de estrenarse en la sala Verde de los Teatros del Canal Robots, la nueva creación de la compañía Teatrolab Madrid, a partir de un texto de Fernando Ramírez Baeza, bajo la dirección de Gabriel Olivares.

La trama de esta historia, con un fondo muy realista, nos retrotrae a un pasado muy reciente que todavía es hoy noticia, el de la pandemia de Covid, el confinamiento, el miedo y la desesperada necesidad de vencer un virus desconocido que amenazaba de muerte a la humanidad. La necesidad y la desesperación llevó a los gobiernos a no reparar en medios para poner freno a ese enemigo invisible, al igual que avivó el ingenio de los oportunistas despiadados, dispuestos a enriquecerse -como ha ocurrido siempre en todos los conflictos- con la desgracia ajena. 

Un asunto de esta características podría haber sido tratado escénicamente de muchas formas, pero Gabriel Olivares, haciendo honor a la compañía fundada por este hace ya más de diez años y a su método de trabajo, basado en la investigación y la creación colectiva, despliega sobre este asunto, cuyo tema central es el de la corrupción, la hipocresía y el engaño, un espectáculo global en el que se hallan implicados multitud de lenguajes y códigos significativos que funcionan al unísono sobre el escenario. Escenas de acentuado realismo y aire costumbrista en los diálogos y en la interacción entre personajes, donde abundan los guiños paródicos, asoman en un montaje absolutamente alejado de cualquier comedia o drama realista al uso, que hace de la escenografía y el atrezo -consistente en una serie de paneles traslúcidos, junto a algunos elementos decorativos, entre los que destacan algunas sillas y mesas de despacho- un elemento vivo cuyo incesante movimiento recrea los más variados espacios, los cuales no dejan de recordar siempre, y al mismo tiempo, el blanquecino y aséptico tono de los hospitales. Excelente trabajo de Marta Guedán, que se ve apoyado por el vestuario de Miguel Ángel Milán, la iluminación de Carlos Alzueta y la videocreación -muy presente y de gran valor en el montaje- de Dani Esteban.

Olivares ha dotado a la obra de un ritmo permanente, sin pausa alguna, que parece danzar al son de una música house salpicada de luces intermitentes. Un lenguaje muy actual, con una clara influencia visual del mundo del cine, domina el tono general de un montaje que tampoco escatima el empleo de la música -a cargo de Tuti Fernández- y que, desde su seriedad, mantiene una dimensión lúdica y distanciada -exenta de acritud- que trata de contagiar al público.

Un generoso reparto de ocho actores y actrices da vida a la historia, con un magnífico Juanjo Artero a la cabeza, cuyo papel de Roberto Maldonado, un político de toscas y chabacanas maneras que busca su propio interés, aportará el ingrediente cómico a la pieza. Excelente asimismo el trabajo de Abraham Arenas, como intachable funcionario que trabaja junto a aquel y cuyo verdadero rostro tardará en mostrarse; Iker Lastra, en su papel de Enrique Gálvez, corrupto banquero al servicio de Carmen Dávila (Alejandra Prieto-Valle), presidenta del Banco Futuro, quien será convencida por su empleado para realizar una onerosa inversión que lavará la imagen de la empresa; Ana Turpin, como la Dra. Silvia Becerra, impulsora del negocio altruista que ayudará a combatir la pandemia; Arantxa Sanchís, intrépida periodista a la búsqueda del sensacionalismo; María Asensio, intrigante secretaria de la poderosa Dávila; y Jesús Redondo, que completa este cohesionado elenco abordando otros papeles secundarios.

Robots, de Fernando Ramírez Baeza, el nuevo trabajo dirigido por Gabriel Olivares, es una obra que podríamos considerar de circunstancias, cuya estética y mensaje responden al canon de obra experimental y aspecto vanguardista, prototipo de un tipo de montajes bastante representativos del teatro español contemporáneo, habituales en los Teatros del Canal. Una interesante propuesta que podrá contemplarse en la Sala Verde de los Teatros del Canal hasta el 18 de abril.

José Luis González Subías


Fotografías: Alberto Aja

Comentarios

  1. Javier Moreno Antonino12 de abril de 2024, 22:45

    Coincido plenamente con tu opinión favorable sobre este montaje de ritmo casi cinematográfico que, no obstante, en algunos momentos agobia precisamente por la reiteración de ese recurso, y se nota claramente cuando hacia la mitad de la obra se asienta algo la acción, hay un reposo en los cambios de paneles del decorado, y el espectador respira agradecido por esos segundos tranquilos como cuando se llega al rellano de una escalera fatigosa. Por ello, me quedó la sensación de que la acción se alarga innecesariamente tras la exposición del tema, y que el desenlace surge demasiado abruptamente, pero ello es sólo una opinión personal ya que el fresco y acertado cuadro final alivia toda la tensión acumulada, dejando el gusto de haber asistido a una representación muy bien conseguida.

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    1. Acertadísima y muy bien fundamentada opinión, Javier, como siempre. Muchas gracias.

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