Enrique Jardiel Poncela y Pepe Viyuela triunfan en Madrid con "Jardiel enamorado", la nueva obra de Ramón Paso


Feliz tarde de estreno ayer en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, de esas que se recuerdan con la sonrisa en los labios y dejan un regusto de cálida ambrosía en la memoria al día siguiente. Ramón Paso volvía a estrenar obra, y esta vez lo hacía con un texto que, estamos seguros, habrá removido muchos rincones emocionales del escritor madrileño, pero también de su estro dramático. 

Paso, heredero directo de una saga de autores magistrales que marcaron el rumbo de la escena española en el pasado siglo -no solo Jardiel, su bisabuelo, sino también su abuelo Alfonso Paso-, ha vertido en Jardiel enamorado el más bello homenaje que podía hacerse a aquel singular comediógrafo que revolucionó el teatro con su peculiar e inteligente forma de entender el humor escénico; y lo ha hecho no solo recordando su persona y su obra, a quienes convierte en protagonistas de su texto, sino construyendo una bellísima pieza cómico-dramática, de alta calidad literaria y teatral, que devuelve al personaje toda la humanidad que ocultó el mito y reivindica una memoria que llegó a ser empañada por las sombras de un periodo histórico marcado por la guerra y el odio.

Algo nos dice que este reencuentro -personal y literario- con su antepasado ha supuesto para Ramón Paso un importante proceso de introspección y búsqueda, tanto emotiva como intelectual, que le ha permitido alcanzar su definitiva madurez como dramaturgo. Una madurez visible asimismo en su faceta de director, que despliega asimismo en un montaje impecable, que fluye sin fisuras, en un conjunto armónico de elementos significativos construidos en torno a la palabra, a quienes sirven y refuerzan, que Paso ha sabido armonizar en una puesta en escena de altura. La iluminación y la escenografía diseñadas por Javier Ruiz de Alegría, que juegan con la imaginación a partir de un conjunto de elementos que recrean la madera y el papel, en lo que parecer ser el árbol de la vida y la creatividad, es uno de los grandes aciertos de esta producción, que une realidad y fantasía en un entramado de escenas y momentos donde el tiempo se borra en un continuo pasado presente que conduce a un inevitable final en que todo comienza. El característico acompañamiento musical de las comedias de Ramón Paso, ligado a un colorido gamberrismo juvenil que ha marcado su trayectoria como comediógrafo, ha dado paso -sin perder el distanciamiento cómico y ciertos guiños traviesos- a una serena y contenida sobriedad -reconocible en el excelente vestuario diseñado por Juan Sebastián Domínguez-, más pausada, con un mayor peso dramático, que la presencia de un excepcional Pepe Viyuela en escena contagia al conjunto del reparto.  

Personajes reales y ficticios, escritores, actores y empresarios de aquel tiempo y del Hollywood que conoció Jardiel, y las mujeres que formaron parte de su vida, con una Josefina Peñalver que ocupó siempre -desde la ausencia- el centro de su espacio amoroso, se dan cita en esta bella comedia dramática con tintes casonianos que abarca un recorrido vital de casi veintiséis años; desde aquel 1926 en que Jardiel conoce a Josefina, hasta su muerte el 18 de febrero de 1952, enfermo y arruinado.

Todo un acierto ha sido la elección de Pepe Viyuela para encarnar a Jardiel Poncela. Su mímesis con el personaje llega a tal punto que pronto olvidamos el verdadero aspecto del ser encarnado, asumiendo con total naturalidad hallarnos ante el verdadero Jardiel. Su expresión tragicómica se adecúa a la historia revivida de tal manera que, como señalábamos, extiende su hálito a un excepcional reparto que ofrece lo mejor de sí: Ángela Peirat, Ana Azorín e Inés Kerzan, actrices imprescindibles en la compañía PasoAzorín, encuentran su mejor registro en los diferentes personajes que interpretan; y Sergio Otegui -rostro habitual también en los trabajos de Ramón Paso-, junto con Rafa Ramos, dan vida al resto del nutrido grupo de figuras que pueblan la escena y la biografía de Jardiel.       

Poco más podemos añadir sobre este Jardiel enamorado, inteligente y emotiva comedia dramática en la que Ramón Paso ha dado un paso más allá como dramaturgo y como director, del que ha salido fortalecido. Un excelente trabajo que se mantendrá en escena, en el Teatro Infanta Isabel, hasta el 2 de junio, y estamos seguros hará las delicias de quienes se acerquen hasta él, tanto por la genialidad del personaje rememorado como por la del equipo artístico que ha hecho posible el proyecto, con Ramón Paso y Pepe Viyuela a la cabeza. Absolutamente recomendable.

José Luis González Subías


Fotografías: Juan Carlos Arévalo

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