"Cielos", de Wajdi Mouawad, bajo la dirección de Sergio Peris-Mencheta, regresa al Teatro de La Abadía


El Teatro de La Abadía inaugura la nueva temporada con Cielos, de Wajdi Mouawad, escritor y director canadiense de origen libanés que, en los últimos quince años, se ha convertido en un referente de la dramaturgia actual en lengua francesa. Son muchos los títulos de su abultada producción representados en España desde el estreno de aquel Incendies en el Teatro Español (2008); entre ellos este Cels, presentado por primera vez en nuestro país en 2014.

El montaje de Cielos que ahora puede verse en La Abadía, dirigido por Sergio Peris-Mencheta a partir de una traducción de la obra escrita por él mismo, ya fue estrenado en junio de 2023 en este mismo teatro con notable éxito; y ahora se repone, en una acertada decisión, para alivio de quienes en aquella ocasión no alcanzamos a presenciar este interesante y muy sugerente montaje.

Son muchos los aspectos destacables de una obra como la que nos ocupa; como la historia misma que se desarrolla en escena, que bien pudiera ser llevada al cine -el desesperado intento de frenar un ataque terrorista que tiene en vilo al mundo-, a partir de un texto de gran calidad, el despliegue de medios técnicos sobre los que se apoya el formato estético del espectáculo, y un extraordinario trabajo actoral y de dirección. Dejaremos al espectador que descubra por sí mismo los vericuetos de una trama que se sigue con interés, acuciada -como en los mejores dramas románticos- por la angustiosa amenaza de un incierto plazo de tiempo que se acaba; y centrémonos en otros detalles. 

Destacada atención merece la escenografía diseñada por Alessio Meloni, cuyos tres niveles de altura -de indudable carácter simbólico, al igual que las esculturas angélicas que dominan el piso superior- y el empleo de unos paneles transparentes que nos separan de cuento sucede en escena -una verdadera cuarta pared-, permitiéndonos verlo como al través de una pantalla -de nuevo la relación con el cine-, crean al mismo tiempo una permanente y claustrofóbica sensación de inquietud, asfixia o ahogo, más que apropiada para el contenido de la pieza. Un aire futurista, preapocalíptico, trasmite asimismo la ambientación del espacio central y los diferentes habitáculos cúbicos donde se refugian los personajes en busca de intimidad; potenciado por la muy efectiva y sugerente iluminación de David Picazo; en sí misma, un bello y evocador dibujo sobre el espacio (no es casual que tanto la escenografía como la iluminación recibieran sendos reconocimientos en los pasados premios Talía). Completa este conjunto artístico, que marca el sentido estético de un montaje de indudable factura contemporánea, el extraordinario uso de la videoescena, a cargo de Ezequiel Romero, que adquiere un verdadero protagonismo desde principio a fin de la historia.

Pero más destacable es incluso, en nuestra opinión, el impecable trabajo actoral realizado por Marta Belmonte, Patxi Freytez, Álvaro Monje, Pedro Rubio y Javier Tolosa. Desde un mismo registro, acorde con el realismo que marca el tono del lenguaje, los diálogos y la historia misma planteada, todos ellos desprenden verdad, en unas interpretaciones claras, medidas, llenas de fuerza e intensidad, hábilmente dosificadas y equilibradas, sin estridencia alguna. Un impresionante ejercicio interpretativo de muy alta calidad, al que la elegante y perfecta dirección de Peris-Mencheta no es ajena.

Da gusto ver buen teatro, de calidad. Y este Cielos, de Wajdi Mouawad, sin duda alguna lo es. Teatro del siglo XXI, construido sobre los cimientos de la mejor tradición dramática del novecientos -en algunos momentos quisimos reconocer la atmósfera de Alfonso Sastre en su Escuadra hacia la muerte, o al Reginald Rose de Doce hombres sin piedad-, es lo que puede verse estos días, hasta el 29 de septiembre, en la sala Juan de la Cruz del Teatro de La Abadía. Un texto serio y un trabajo artístico de primera que conviene no perderse.

José Luis González Subías


Fotografías: marcosGpunto

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