"La piel fina", una excelente comedia de Carmen Marfà y Yago Alonso, en el Teatro Pavón


Parece que la comedia se ha impuesto como género predilecto de los aficionados al teatro -nada nuevo en la historia de la escena-; o al menos así lo entienden los productores que invierten en hacer posible su existencia. Y lo cierto es que la proliferación de este tipo de piezas, destinadas básicamente -sin perder por ello la oportunidad de ofrecer motivos de reflexión sobre temas diversos que nos afectan a todos- a entretener y endulzarnos la vida con el amable bálsamo de la sonrisa, no está reñida con una calidad que es frecuente encontrar en buena parte de estos espectáculos. En España se cultiva mucho la comedia, y se hace muy bien. Tenemos una larga tradición y una buena escuela que avala nuestro dominio del género.

En el Teatro Pavón, donde es frecuente encontrar este tipo de producciones, acaba de estrenarse La piel fina, un texto de Carmen Marfà y Yago Alonso, dirigido por ambos, que lleva más de dos años rodando por las salas de España, dejando a su paso una estela de éxito, a la que han acompañado importantes reconocimientos como su candidatura a los Premios Max 2022 a la Mejor autoría revelación, así como varias nominaciones a los Premios Teatro Barcelona 2022 (Mejor texto, Mejor obra de pequeño formato, Mejor actor secundario) y a los Premios Butaca (Mejor texto, Mejor obra de pequeño formato) del mismo año. Nada de esto nos sorprende, a la luz de lo visto ayer sobre el escenario, donde pudimos contemplar y disfrutar una comedia excelente en todos los aspectos.

Los autores del texto han sabido construir una historia "doméstica", reconocible y cotidiana, donde se produce un choque, un conflicto, una situación incómoda a partir de un comentario inoportuno, que dará lugar a sucesivas revelaciones y "malentendidos" con los que aflorarán esas "verdades" ocultas que tantas veces es preciso callar para no herir. Cuatro amigos, dos parejas, se reúnen en casa de una de ellas, que acaba de tener un bebé. Hasta ahí todo normal. Cierto es que Nacho (Leo Rivera) y Miranda (Ángela Chica), la visita, han tenido que desplazarse hasta un pueblo apartado de Madrid para poder ver a Eloy (Francesc Ferrer) y Sonia (Laura Pau); y se han visto obligados a dejar el coche muy lejos, pues ahí no hay donde aparcar; también lo es que tienen entradas para asistir esa misma noche a un concierto que de ningún modo quieren perderse... Y lo es, según hacen saber a sus amigos, en un desafortunado comentario, que su bebé, Miguel, es verdaderamente feo. La maravillosa capacidad de Carmen Marfà y Yago Alonso para engarzar una trama basada en una acumulación de diálogos perfectamente enlazados, que surgen de manera natural y lógica, son la base sobre la que se construye una comedia de estructura perfecta, que nada tiene que envidiar a las creaciones de Edward Albee, por ejemplo, bien que con un tono muy distinto.     

Otro de los grandes aciertos de esta comedia son sus personajes. Esas dos parejas que se complementan, en principio, de manera simétrica, con unos integrantes cuya personalidad, muy diferente y marcada, se manifiesta con claridad en sus intervenciones, y cuya interacción permite establecer en escena distintas relaciones grupales y personales, nos harán asistir a momentos de gran riqueza dramática, con situaciones verdaderamente cómicas, y a veces emotivas; siempre desde una justa dosificación y un ritmo perfectamente medido. Leo Rivera, Ángela Chica, Francesc Ferrer y Laura Pau realizan un espléndido trabajo actoral, manteniendo el tono natural y conversacional de la pieza; propio del ambiente realista de esta, visible tanto en el vestuario diseñado por Nídia Tusal como en la detallada y excelente escenografía de Elisenda Pérez, que reproduce la amplia terraza del piso donde se desarrolla todo. 

Honrosa tarea, no siempre bastante reconocida, la de hacer reír; y no hay duda de que La piel fina lo consigue. El mejor modo de probarlo es acudir al Teatro Pavón, donde esta fantástica comedia -muy realista- permanecerá en escena hasta el 3 de noviembre. Absolutamente recomendable.

José Luis González Subías


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