"Loba", la historia de una Bette Davis capaz de vencer al tiempo y a la edad


Hace ya bastantes días que se representa en la sala Jardiel Poncela, del Teatro Fernán Gómez, Loba, una historia dramatizada en torno a la figura de la actriz Bette Davis -Bette Davis (una historia real) es su subtítulo-, escrita y dirigida por Juan Mairena con la delicadeza y el buen hacer de quien ama y conoce una profesión cuyas luces y sombras no distan tanto de las que el mundo artístico hubo de conocer en el glamuroso Hollywood del siglo pasado. La obra, estrenada en Madrid a comienzos de 2023, fue reconocida ese año con el Premio Godoff; lo que avala la calidad de un proyecto que ha encontrado ahora, en el Teatro Fernán Gómez, mayor espacio para sus hazañas. 

La vida de una Bette Davis, famosa y madura, que irrumpe en la sección de anuncios de un conocido periódico dispuesta a ofrecer sus servicios como actriz, se despliega ante el espectador, que asiste, guiado por un texto de impecable factura, perfectamente construido en su armazón dramática, a la historia, revelada por un desconocido aún Lukas Heller, que escucha y guía a su vez la trama en una ingeniosa mixtura de absoluta modernidad escénica, de los éxitos y fracasos -más éxitos que fracasos-, las dificultades y la lucha de quien supo vencer al tiempo y la edad con el tesón, el sacrificio y la ferocidad de una loba. La obra se convierte, de este modo, no solo en un bello recuerdo y homenaje a una de las más grandes actrices del cine estadounidense, en uno de sus momentos más gloriosos, sino también a la propia industria cinematográfica y a muchas de sus grandes figuras, relacionadas de uno u otro modo con Davis. Pero, por encima de todo, el texto de Mairena pretende reivindicar y homenajear, y lo consigue, "a todas esas actrices que llegadas a cierta edad, y después de toda una vida luchando, son relegadas a papeles secundarios y, muchas veces, al olvido".

Con una sólida escenografía de Juan Sebastián Domínguez, que reproduce la oficina donde se desarrolla la acción -una oficina irreal, recreada a partir de un sugerente atrezo que insinúa y favorece la imaginación, presidida por esas enormes e icónicas letras que nos remiten al famoso reclamo de un Hollywood reconocido en todo el mundo-, y un vestuario (Guadalupe Valero) y caracterización (Chema Noci) que nos sitúan en el tiempo, acompañados de algunas videoescenas (Luiscar Cuevas) que completan la ambientación y refuerzan la historia, Mairena -en una excelente dirección, sobria, sin fisuras- vuelca el peso del montaje en el trabajo actoral de los dos intérpretes del reparto; con una colosal Mélida Molina al frente, que acapara toda la atención y realiza lo que probablemente sea uno de los papeles más importantes, bellos y emotivos de su carrera. La fusión entre Bette Davis -no solo por el parecido físico conseguido entre ambas- y la actriz que la interpreta es tal que, desde el comienzo mismo de la función, es imposible no ver en escena al personaje interpretado: sus ademanes, el modo de moverse y sujetar el cigarrillo, su cadencia al hablar... Una gran interpretación, digna de premio -por lo pronto, este año ha sido finalista al Premio MET a mejor actriz de teatro-, que estamos seguros dará aún muchas satisfacciones a Molina. Acompañaba ayer a esta en el escenario Jorge Varandela, quien mostró su talento y defendió con soltura su papel, haciendo un excelente tándem con la actriz principal.

Un excelente elección la de esta Loba de Juan Mairena, para iniciar la temporada en la sala Jardiel Poncela, que podrá seguir disfrutándose hasta el 26 de octubre. Una obra que todo amante del cine y del teatro debería ver. No se pierdan el espectacular trabajo de Mélida Molina como Bette Davis; es algo digno de recordar.

José Luis González Subías


Fotografías: Teatro Fernán Gómez

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