"Anonimato", un nuevo texto de Mariano Rochman, dirigido por María Pastor, en la Sala Lola Membrives del Teatro Lara
Hacía tiempo que no nos acercábamos a la sala Lola Membrives del Teatro Lara, donde tan buenos ratos hemos pasado y hemos disfrutado de la cercanía de numerosos artistas y espectáculos de no poca calidad. En este mismo espacio, cuyas dimensiones y características lo asocian con las salas off de la capital, vimos ayer Anonimato, un texto de Mariano Rochman en el que tuvimos ocasión de apreciar las grandes dotes actorales del director y dramaturgo argentino.
Rochman vuelve a crear una historia íntima y cercana, sin pretensión trascendental alguna ni afán de remover el mundo con mensajes sublimes o conflictos de alcance trágico. Tampoco especialmente cómicos. Sus historias se mueven en la línea de una verosimilitud realista y cotidiana por las que se muestra un leve pedazo de un día cualquiera de cualquier vida anónima; donde, eso sí, puede ocurrir cualquier cosa. Como la vida misma.
Eso le sucede a Iván (Mariano Rochman), quien, a punto de ser padre, descubre que el suyo no lo fue realmente. O, al menos, no desde un punto de vista genético. Desde ese momento, el deseo de descubrir lo que considera su verdadera identidad se convierte en una obsesión, que hará peligrar su relación con Eva (Alba Alonso) y lo alejará de una madre (Fanny Condado) a la que culpa de haberle ocultado una información tan importante para él.
El mensaje de la obra trata de demostrar que la paternidad no estriba en engendrar un hijo, sino en la asunción de este papel y el compromiso que conlleva tal responsabilidad, nacida de un acto de amor. Poco espacio queda para el debate y para un conflicto cuyo recorrido se agota pronto, reducido a la confusión de este hijo sin "identidad" a punto de ser padre.
Por lo demás, la pieza está bien construida, tanto en sus diálogos como en su estructura; y excelentemente dirigida por María Pastor, quien extrae a las cuatro sillas plegables utilizadas como única ambientación del espacio un gran partido. Sin gran alarde tampoco de iluminación y sonido, el montaje intimista -o minimalista- de este texto, igualmente íntimo, cede todo el peso del espectáculo escénico al excelente trabajo de los tres actores que conforman el reparto: Alba Alonso, Mariano Rochman y Fanny Condado.
Una agradable composición escénica, en definitiva, en la línea de otros textos escritos por Rochman -quizá con una menor dosis de humor, aunque sin perder el distanciamiento cómico con que aborda los conflictos-, es este Anonimato, que permanecerá en la sala Lola Membrives del Teatro Lara, todos los sábados, hasta el 29 de marzo.
José Luis González Subías
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