Juan Carlos Corazza dirige un brillante "Cuento de invierno" en el nuevo Espacio Zafra Teatro


Los amantes del arte dramático estamos de enhorabuena, pues una nueva sala acaba de abrir sus puertas para completar la excelente infraestructura de espacios escénicos de esta ciudad que nunca duerme... ni deja de ver teatro. Nacido para albergar espectáculos profesionales y muestras de los alumnos del Estudio Corazza para la Actuación, en Espacio Zafra Teatro se respira el aliento del buen teatro desde el instante mismo en que se atraviesan las puertas que dan acceso a una sala envidiable, cuyo escenario, equipo técnico, aforo y confortabilidad superan con creces las condiciones de otros muchos espacios de la capital.

No podía haber elegido Juan Carlos Corazza, artífice de este nuevo proyecto, un mejor espectáculo para la puesta de largo de Espacio Zafra que este Cuento de invierno de William Shakespeare, dirigido por él mismo con un derroche de conocimiento y buen hacer que pone de manifiesto la calidad de su legado, y deja muy alto el listón de los muchos buenos montajes que, estamos seguros, podrán verse en este escenario en el futuro.

Shakespeare y el poder mágico de su palabra, capaz de elevarnos a las mayores virtuosidades filosóficas y poéticas como de hacernos descender al lado más abyecto de las pasiones humanas, cobra vida en este maravilloso texto que, con la aportación de una dirección que devuelve al texto shakespeariano su prístina complejidad, sin alharacas espectaculares, desde la sencillez de la palabra pura, la intención y el sentimiento, el juego y el ingenio, y un elenco actoral de enorme calidad, convierte lo que literariamente es ya una obra maestra en un montaje redondo, perfecto.

A caballo entre la tragedia y la comedia, Cuento de invierno conjuga esa mezcla de fabuloso ensueño de La tempestad y el Sueño de una noche de verano con la asfixiante densidad de un Rey Lear o Ricardo III. Mucho de Otelo tiene este Leontes que acusa injustamente -y sin prueba alguna, más que su enajenada obsesión- a su esposa Hermíone de adúltera, y a su amigo Políxenes, rey de Bolonia, de infiel y traidor; como de traición acusa a su fiel consejero Camilo, quien salva la vida de este y huye con él a su reino. La ceguera del rey de Sicilia, quien condena a su recién nacida hija -que cree de Políxenes- a un cruel destino, y la muerte de sus seres más cercanos y queridos -su esposa, su hijo...- a causa de su inhumano e injustificado comportamiento, condena a este a la soledad y al dolor más absolutos. Solo el tiempo, y la magia de unas fuerzas sobrenaturales que rigen los destinos del hombre -o juegan con él-, permitirá que, transcurridos dieciséis años, aquel bebé, salvado de la muerte por un pastor que lo recoge y cría a la niña como a una hija, encuentre el amor en la figura del hijo de Políxenes. Pero no será este el único milagro de una obra llena de contrastes, que, mediante el sobrenatural poder de la imaginación y la poesía, permite al tiempo cobrar vida, del mismo modo que devolvérsela a quien ya cruzó el umbral de esta. 

Una verdadera fiesta de ingenio, llena de matices
, construida sobre una magnífica ambientación estética que reduce la escenografía a un espacio desnudo, en el que un grupo de banquetas de madera y el juego con las cortinas del foro del teatro son capaces de recrear -con el auxilio de la imaginación- los más diversos lugares y situaciones, apoyadas en el espacio sonoro creado por Rafa Castejón, la iluminación de Javier Ruiz de Alegría, el vestuario de Pier Paolo Álvaro, la música de Joan Valent y la coreografía de Nuria Castejón.

Un montaje dispuesto para darle al actor y a la palabra el protagonismo que les corresponde en el teatro. Una palabra dicha y transmitida con maestría por un generoso elenco de trece actores, cuyos nombres dan cuenta por sí mismos del nivel y la calidad del trabajo desplegado en escena: Alicia Borrachero, Laura Calvo, Rafa Castejón, Laura de la Isla, José Di Ferri, Ana Gracia, Richard Holmes, Laura Ledesma, Eduardo Merelo, Pol Monen, Manuel Morón, Ben Temple y Octavio Vellón.

Felicitamos a Juan Carlos Corazza tanto por la creación de esta nueva sala, ubicada en Marqués de Zafra, 35, como por la dirección de uno de los montajes más solventes, atractivos y precisos que puede verse estos días en Madrid. Cuento de invierno permanecerá en Espacio Zafra Teatro, todos los fines de semana, de viernes a domingo, al menos hasta el 13 de abril. Más que recomendable, de obligada asistencia.

José Luis González Subías


Fotografías 2 y 3: Oliver Roma

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