"Juntos otra vez", un viaje musical de Roger Álvarez, dirigido por Luis Flor, donde arte y verdad se dan la mano

Veteranía, honestidad, humildad, profesionalidad, verdad -mucha verdad- y arte -mucho arte- transmite el espectáculo presentado por Roger Álvarez, bajo la dirección de Luis Flor, con el título de Juntos otra vez, que este sábado hemos podido disfrutar en La Casa de Rovodorovsky, una encantadora sala surgida junto a la emblemática Plaza del Dos de Mayo, cada vez más afianzada en el circuito off madrileño.

Con texto de Roger Álvarez y música tanto propia como de un buen grupo de amigos -Violeta Parra, Carlos Gardel, Eladia Blázquez o Alfredo Le Pera- tan soñadores como este polivalente cómico y juglar de nuestros días, Juntos otra vez es un delicioso monólogo musical, un viaje con la banda sonora de una vida; o mejor, de retazos de una vida -cuánto deberían aprender, los cultivadores de la llamada autoficción, de estas verdaderas recreaciones autobiográficas donde la vida y el arte se confunden en una suerte de baile ingenioso que invita a soñar, dejando a un lado cualquier asomo de desahogo catártico y psicologista-, engarzados desde el amor y la alegría de vivir. Una alegría y un amor que se transmiten al público, quien comparte con placer ese viaje junto a Roger, quien nos hace respirar el aroma de Buenos Aires, Lisboa, Chile, Lima o Tabarca, incluso del madrileño barrio de Carabanchel, a ritmo de tango, fado, habanera o vals.

Bajo la apariencia de un espectáculo de variedades unipersonal, Roger Álvarez nos ofrece una verdadera lección de lo que es el arte de la escena. Con un dominio absoluto de las tablas, de la interpretación actoral, musical y vocal, el intérprete de esta sencilla y sentida representación escénica consigue hacer magia; esa magia cuyo fin último es la conexión y comunión con el público, razón de ser del teatro.

Poco requiere el escenario cuando un artista se halla en escena. Un teclado, una guitarra, una banqueta, cuadros de fondo elegidos con gusto, un buen uso de la iluminación, humo ambiental, adecuada vestimenta para la ocasión y, por qué no, un buen telón que enmarque el escenario; eso es todo cuanto necesitan Luis Flor, director de este pulcro y bello espectáculo, y Roger Álvarez, su protagonista creador, para obrar el milagro.

Juntos otra vez es, por encima de todo, un canto a la vida y al deseo de seguir compartiéndola juntos; a ser posible, entre canciones. Les invito a sumarse a este viaje, que tendrá lugar de nuevo los sábados 17 y 24 de mayo, en La Casa de Rovodorovsky Teatro. Seguro que saldrán satisfechos, y con una sonrisa en los labios.

José Luis González Subías

Fotografías: Alicia Albiñana