"El desconocido", de Carmen Kurtz, en una excelente adaptación de Yolanda Pallín dirigida por Laura Garmo para el Teatro Español
Estos días se representa en la sala Margarita Xirgu del Teatro Español El desconocido, una excelente adaptación teatral de Yolanda Pallín, a partir de la novela homónima original de Carmen Kurtz (1911-1999) con la que la escritora barcelonesa obtuvo el Premio Planeta en 1956.
No voy a reiterar mi desafección por las adaptaciones escénicas de textos escritos con otra finalidad. Tras años denunciando una práctica hoy tan extendida -a la que se suma el fenómeno de la traducción de obras foráneas, no exclusivamente dramáticas- que, con honrosas excepciones, ha terminado sustituyendo a la creación de piezas teatrales originales en la cartelera, debo asumir que seguir haciéndolo resulta ya una tarea inútil. La adaptación se ha impuesto como la fórmula preferida por los responsables de las programaciones en los teatros, tanto públicos como privados. Esa es la realidad. ¿Se trata de seguir los dictámenes del público en esta decisión? En absoluto; dudo que al público le importe si lo que ve es una adaptación o una creación original. ¿Acaso no hay dramaturgos en nuestro país o andan escasos de ideas para construir sus propias historias? Menos aún. Se publican numerosas obras teatrales al cabo del año y son muchos los nombres que conforman el listado de la dramaturgia española contemporánea. Entonces ¿por qué? Es una pregunta digna de un simposio dedicado al tema.
Lo cierto es que el furor adaptador de nuestro tiempo no está reñido con la calidad de los espectáculos dramáticos que se ofrecen. Nuestros dramaturgos-adaptadores han dado sobradas muestras de ser unos verdaderos profesionales, especialistas en el arte de adaptar y extraer -o construir, en su caso- los resortes dramáticos inherentes a cualquier texto escrito. A lo largo de los últimos años he visto en escena verdaderas maravillas nacidas de adaptaciones; y, desde este mismo instante, afirmo que la adaptación de El desconocido es digna de ser incluida en este grupo.
Yolanda Pallín ha escrito una espléndida adaptación de la novela de Carmen Kurtz, consiguiendo construir un discurso verdaderamente dialógico y dramático, con mínimas secuencias narrativas, y creando situaciones llenas de vigor escénico, que la no menos virtuosa intervención de Laura Garmo, como directora del montaje, ha sabido completar y dar forma, en una obra que resulta redonda desde el punto de vista teatral y literario.
Este excelente trabajo ha contado con un equipo artístico envidiable. Blanca Añón ha creado una escenografía funcional y practicable, con el suficiente realismo como para trasladarnos al tiempo histórico en que se desarrolla el relato, y aportes simbólicos -como el magnífico empleo de ese somier como espacio íntimo conyugal- de gran fuerza expresiva en escena. Realista es asimismo la caracterización, a cargo de Moisés Echevarría, y el magnífico vestuario diseñado por Mónica Teijeiro, suficiente para recrear esos años cincuenta en que se sitúa la acción; como lo es el espacio sonoro y musical utilizado por Benigno Moreno. La iluminación de Pilar Valdelvira refuerza finalmente el tono azul general que domina el espacio -¿acaso un guiño a esa División Azul de la que parte la historia y separó a los dos esposos?- y contribuye a ofrecer la sensación de nebulosa tensión y angustia que se respira en escena en muchos momentos.
Mención especial merecen los seis actores y actrices que componen el reparto; con unos fabulosos Ángela Boix y Toni Agustí en los papeles principales, y los no menos brillantes Elena González (Madre, Médica), Mariano Llorente (Padre, Florencio), Víctor Antona (Germán) y Paco Flores (Enrique, Dependiente).
El desconocido plantea el reencuentro de Dominica (Ángela Boix) y Antonio (Toni Agustí), llegado a Barcelona en 1954, con un grupo de supervivientes de la División Azul, tras doce años de ausencia y penurias en los campos de concentración de la Unión Soviética. Como Ulises frente a Penélope -a quienes permanentemente se recuerda en las oportunas citas proyectadas en escena-, al regresar a Ítaca tras marchar a la guerra y deambular perdido durante años, los esposos separados deben enfrentarse a la realidad de hallarse ante lo que ya no es más que un recuerdo. Los instintos, el deseo, la desafección, la esperanza, los temores, el anhelo de vivir y el vacío ante una existencia cambiante y cambiada, desconocida, se agolpan en una historia intensa, compleja y densa, inequívocamente humana.
Una historia que sin duda interesará a quienes se acerquen a la sala Margarita Xirgu para encontrarse con El desconocido, de Carmen Kurtz, en esta magnífica adaptación de Yolanda Pallín dirigida por Laura Garmo. Un excelente trabajo que podrán disfrutar hasta el 23 de diciembre.
José Luis González Subías





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