"Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores"... un poético cuento de amor imposible
Érase una vez... Así podría haber comenzado la bella y triste historia que anoche contemplamos, con una permanente sonrisa en los labios y el corazón encogido en varios momentos, en el teatro del Centro Sociocultural Mariano Muñoz (Usera), sede de la compañía Trece Gatos. Representaban la última función en su sala, tras dos meses de sostenido éxito de público, de una peculiar visión de Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores, la última obra estrenada en vida por Federico García Lorca.


Cuando se abre en la mañana
roja como la sangre está.
La tarde la pone blanca
con blanco de espuma y sal.
Y cuando llega la noche
se comienza a deshojar.
Estos versos, referidos a la "rosa mutabile" (en palabras del poeta), pero dirigidos simbólicamente a doña Rosita, constituyen el leitmotiv de la composición. Repetidos a lo largo del texto, serán asimismo las últimas palabras de la protagonista, con las que este concluye: "Y cuando llega la noche / se comienza a deshojar".
Solo nos resta elogiar el trabajo realizado por los dieciséis intérpretes que conforman el reparto, de los que resulta imposible dar cuenta individualmente. Todos ellos estuvieron a la altura y sobresalieron de manera especial en algunas partes en las que la precisión coreográfica de movimientos requería su acción conjunta. No podemos, sin embargo, escatimar el reconocimiento debido a los actores que interpretaron los papeles protagonistas del espectáculo: desde la alegre y desenfadada Rosita que interpreta María Díaz; una brillante y arrolladora Raquel León, en su papel de Ama, que se adueñó de la escena; un inmenso Carlos Manzanares, de convincente voz y sobrias maneras, al que tuvimos la fortuna de ver como actor en un papel desempeñado normalmente por José Mora; Nuria Simón, que realizó una excelente interpretación de Renata; el entrañable poeta Martín, al que da vida Daniel Aguado; o la venerable Tía encarnada por Ángeles Laguna, que mantiene un divertido y emotivo juego con el Ama a lo largo de toda la obra. Efectivas y muy divertidas estuvieron asimismo el conjunto de Manolas, Solteronas (Madre incluida) y Ayolas, que aportan buena parte de la comicidad y el juego escénico al espectáculo.
Acabada esta brillante primera etapa de Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores, la obra podrá verse de nuevo a partir del próximo 12 de julio, en el Teatro Arlequín Gran Vía, donde se mantendrá en cartel hasta el 16 de agosto. En el mismo teatro podrán disfrutarse, este verano, otras dos producciones de la compañía, de las que dimos cumplida cuenta en su momento en nuestro blog, El sueño de una noche de verano y LisístrataCabaret.
José Luis G. Subías
![]() |
Comentarios
Publicar un comentario