La sala Margarita Xirgu, del Español, inicia temporada con un nuevo tirón de orejas al espectador aún no converso

Despierta , ese es el título con que la sala Margarita Xirgu, del Teatro Español , inaugura su nueva temporada. Y vuelve a hacerlo con un texto en la línea de otras producciones anteriores que marcan el tono de un tipo de teatro bastante extendido -casi nos atreveríamos a decir, mayoritario- en la sociedad española de las últimas décadas; un teatro que tiende a lo panfletario y que suele confundir las tablas con un púlpito destinado a predicar y compartir con sus feligreses -en su mayoría fieles acólitos- la nueva doctrina, o evangelizar a los no convencidos o abiertamente refractarios a ciertas afirmaciones e ideas lanzadas con entera libertad -como no podía ser menos- desde el acogimiento a sagrado que ofrece el escenario. Si esto se presenta, además, con el envoltorio de la autoficción, recurso artístico genuino del culto al yo de un tiempo -el nuestro- que se desgañita, paradójicamente, por mostrar su rostro más social y comprometido con el otro -perdón, la otra-, el re...