"Nada", de Carmen Laforet, sube al escenario del María Guerrero de la mano de Joan Yago y Beatriz Jaén
Ante la imparable y parece que inevitable avalancha de adaptaciones de obras narrativas que pueblan los escenarios no queda más remedio que rendirse y esperar a que la moda pase algún día. Y, mientras tanto, tratar de disfrutar con este nuevo "género" que parece teatro, se viste como el teatro, y sin embargo no llega a serlo. En ocasiones los adaptadores son capaces de abandonar el modo narrativo de donde nace su texto para campar con libertad por la palabra en acción que supone el juego teatral; otras veces se aferran a la narratividad del discurso de tal modo que no hay forma de despegar los ojos del libro que el espectador ve y oye, como si el narrador fuera pasando las hojas ante él. Los resultados son dispares y diversos, por regla general con fogonazos de creatividad y despliegue de talento -a veces también de medios- que dan como resultado atractivos productos artísticos y escénicos; pero si hay algo común a estas creaciones, es la habitual presencia de un personaje n...